martes, 3 de noviembre de 2009

Réquiem

Una noche de tangos y vinos,
una danza al compás
de una canción olvidada.

El salón donde ángeles y demonios son libres
de los antifaces que dejan cicatrices.
Oh amantes del dulceamargo soñar,
salgan de su orgullo opaco,
quiebren el silencio escandalizando
el fugaz verso de su corazón.
Porque delante de la Tragedia y la Comedia
todos somos iguales,
actores de nuestro propio grito
que arde la sed de conquistar
nuestro propio baile sobre un escenario
teñido de nuestra agonía...

Hasta que llegue el impulsivo crecimiento de nuestras alas,
que encenderan las estrellas y desfiaran lo imponente,
y aun en la muerte, abremos besado nuestros sueños.
Oh el dulce amargo heroismo sabor a vino de invierno...

Sergio Acuña

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